Copiarte (aunque sea a ti mismo) no debería ser delito, todos copiamos continuamente. Buscar el espíritu de la palabra, sin embargo, es para cadena perpetua. A escribir, claro. Salud-itos
Eres única, María. Nadie sabe lo que es la palabra, cuál es su origen y su límite, cómo nace y cómo muere. Es imposible copiarte, ni siquiera tú misma. Cuando escribes, cierras las frases echándole la llave de tu alma...
5 comentarios:
Copiarte (aunque sea a ti mismo) no debería ser delito, todos copiamos continuamente. Buscar el espíritu de la palabra, sin embargo, es para cadena perpetua. A escribir, claro.
Salud-itos
Eres única, María. Nadie sabe lo que es la palabra, cuál es su origen y su límite, cómo nace y cómo muere. Es imposible copiarte, ni siquiera tú misma. Cuando escribes, cierras las frases echándole la llave de tu alma...
Un abrazo.
Querido Amando, según tu sentencia, me esconderé en el rincón más oscuro. ¡Menos mal que ya no existe La Roca! Je, je...
Un abrazo.
Mi querido Juan, gracias... No puedo evitar, supongo, que esa llave, por muy etérea que sea, al final desvele su presencia.
Abrazo.
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