Siempre que se acerca un final está próximo un principio.
Por eso los dos son lo mismo. Principio y fin van de la mano.
Está terminando el año que, hace nada, acogimos con risas,
brindis y alegría. Parece que fue anteayer. Pero la historia prosigue, nacerá
el nuevo año y volveremos a recibirlo, cada persona a su manera o como la vida
disponga, aunque la actitud siempre será de nuestra elección. Se renovarán los
propósitos de enmienda, los objetivos, las ilusiones y, para algunos, el dolor.
Es la vida. La mejor tragicomedia que jamás podrá superarse. Es una obra extensa,
inmensa, continua, ancestral. Nosotros, como parte del elenco de sus
personajes, vamos a contribuir con nuestra mejor interpretación. Seamos buena
gente.
Saludos con el viento.
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