jueves, 17 de enero de 2013

Mis manos se tocarán


Mis manos se tocarán, pero yo
no palparé su tacto. Llantos, alguna risa
escapará, nerviosa o imprudente.
Irán a visitarme, pronunciarán mi nombre.
Quizá claven sus ojos en mi rostro de cera.

Bocarriba, hierática, lo ensayo.
Entrecruzo los dedos sobre el pecho
y mi piel es la misma
que el cartón abandonado por mí
de ese día en que esté sin enterarme.



Saludos con el viento.

6 comentarios:

El conocimiento es un amigo mortal dijo...

Hay un cuadro de Magritte titulado " Esperando lo imposible ". En él se ve al pintor, de pie y enchaquetado, con la paleta en su mano izquierda y el pincel en la derecha, pintando en el aire una bella mujer desnuda. Ha comenzado el brazo izquierdo, lo único que le falta.
Se trata de una versión del mito de Pigmalión. ¿ Qué nos dice ese mito ? Nos dice tres cosas:
1 ) El poder de la creación puede llegar a dotar a la obra de la realidad del creador, la llamada realidad a secas.
2 ) El creador puede enamorarse de su creación.
3 ) En la medida que la obra es el alma del artista, este mito consiste a su vez en la versión de otro, el de Narciso: el creador se enamora de sí mismo mediante una autoobjetivación de hegeliano aroma.
En la vida, como en el precioso poema que hoy nos regalas, la variedad no viene dada tanto por la diferencia de elementos como por la dosis de cada uno de ellos.
En el caso del escrito, el punto 1 ) no aparece, o lo hace cuestionado: no cree que la realidad sea más real que la ficción. Es seguro que hay algo del punto 3 ). Así que centrémonos en el punto 2 ), ¿ no ?


Un abrazo fuerte.

Amando García Nuño dijo...

Entro en tu blog y me dejo seducir por las imágenes, las palabras...

Luego leo los comentarios de tu asiduo visitante y -como tú misma has dicho en alguna ocasión- me siento pequeño.

Con tu poesía y su criterio, este blog es una gozada. Abrazos a los dos.

María Blázquez dijo...

Mi querido Juan:

Sesudo, sesudo...

Estoy de acuerdo en que el punto 1 no aparece; no sé hasta qué punto lo hace el tercero y , si puedo, intentaré centrarme en el 2. Lo que ocurre es que no sé muy bien qué me quieres decir (últimamente estoy muy, muy espesa), ¿que me enamore de mi obra, que la valore más? Ya hay de todo un poco. Escritos míos que me gustan y otros que aborrezco... Ni siquiera sé si estoy yendo por el camino que intentas indicarme con tu comentario...

Un fuerte abrazo.

María Blázquez dijo...

Querido Amando:

Gracias... Tú aportación también es imprescindible; eres ese aire fresco siempre tan necesario.

Un abrazo.

Dylan Forrester dijo...

Manos que tocan lo inasible.

Besos ;-)

María Blázquez dijo...

Lo inasible... No sé, Jorge. ¿Dónde termina lo accesible y dónde comienza lo inasible?
Sobre la muerte, todo son incógnitas...

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