No quiero estar cansada al acostarme a tu lado,
quiero doblar en ti las esquinas de mi cuerpo.
De noche, como siempre,
las horas se recuestan en su esfera,
se arrodillan nuestros pijamas para cantar
plegarias de memoria.
Miras desde una almohada
que muy bien nos conoce;
te miro antes de volar a tus brazos
para ceñirme al calor de tu piel.
Me bendices con el pelo al posar mi cabeza
en las venas de tu hombro.
No quiero estar cansada al acostarme a tu lado,
quiero volcar en ti los dominios de mi cuerpo.
(De "Estado de sitio")
Saludos con el viento.
4 comentarios:
Que hermoso, María, me encantó¡
Llegué un día para quedarme, porque me gusta mucho como escribes, y aunque apenas digo nada por aquí estoy.
Gracias por tu poesía.
Saludos.
Ío
Ío... Bello nombre para una bella y fuerte mujer mitológica...
Gracias a ti, por tu silenciosa compañía y tus bonitas palabras.
Besos.
No conozco tu voz.
Con vejatoria solemnidad, los que comentamos tus poemas estamos acostumbrados a decir nada, comparado con lo que tú escribes. Lástima que todo lo que llega a la superficie de nuestra alma haya tenido antes que hacerse superficial.
Un abrazo fuerte, primor.
Querido Juan:
No creo que nada en ti sea o se haga superficial. Todo lo contrario.
Un abrazo fuerte.
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