Mis alas,
meciendo el aire
en compás binario,
plumas blancas melódicas.
Tu abrazo,
promesa inquietante
que envuelve, noble,
el corazón y el fruto.
Cuando las alas abrazan
los brazos vuelan;
las alas se abaten
para ser abrazadas,
se pliegan,
se rinden para ser envueltas.
Brazos y alas
se encuentran
allí en lo alto,
arriba y dentro,
muy dentro,
donde existe el abrazo.
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Saludos con el viento.
4 comentarios:
Estimada María Blazquez, es un placer seguir tu blog. Gracias por tan bello poema.
No hay de qué, estimado Pepe.
Un abrazo.
Preciosa composición, pasaba por aquí y como poeta me quedo, claro.
Un cordial abrazo.
Muchas gracias Raül, bienvenido.
Un abrazo para ti también.
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